Existe un fenómeno llamado “la paradoja del bienestar en la vejez”, el que evidencia la capacidad de las personas mayores para adaptarse a las constantes exigencias en las diferentes áreas de sus vidas, logrando mantener un equilibrio y adecuado nivel de bienestar. Estos hechos han llevado a algunos investigadores a declarar que la vejez es una etapa caracterizada por la resiliencia.

¿Qué es la resiliencia? Es un concepto relacionado estrechamente con el de envejecimiento con éxito. Indica que las personas han logrado mantener la salud física, cognitiva y social y han hecho adaptaciones para conservar su calidad de vida y bienestar. Algunos investigadores proponen que adaptarse pasados los 60 es la habilidad para usar los recursos psicológicos que ayudan a aceptar los cambios psicosociales y físicos. Las personas con esta capacidad usarán dichos recursos para involucrarse en los aspectos y actividades más importantes para ellos y evitarán estados afectivos negativos como la autocompasión, la rabia o la depresión.

Entre los componentes esenciales de la resiliencia, destacan las estrategias de afrontamiento. Se ha observado que entre los 60+ existe una mayoría que ajusta o replantea sus objetivos y lo que da sentido a sus vidas, además de aceptar los cambios y sucesos que no pueden controlar de manera directa. Las emociones positivas son relevantes en este proceso y operan de manera especial en este grupo etario. Los datos indican que las personas mayores prestan más atención a los estímulos emocionalmente positivos que a los negativos, lo que contribuye a salvaguardar su salud mental. La recomendación de los expertos es a definir cuáles son los nuevos objetivos que te acompañar, con el fin de enfocar tu energía en ellos y en lo bien que te hace ir cumpliendo tus metas.