Dormir bien es esencial a cualquier edad, pero después de los 60 cobra una relevancia especial. Un buen descanso no solo ayuda a mejorar el estado de ánimo y la energía diaria, sino que también juega un papel crucial en la salud física y mental. Aquí te entregamos algunos consejos prácticos para asegurarte de que estás obteniendo el sueño reparador que tu cuerpo y mente necesitan.

Primero, establece una rutina de sueño. Ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, puede ayudar a regular tu reloj biológico. Esta consistencia facilita conciliar el sueño y te ayuda a despertar sintiéndote más descansado. Trata de crear un ambiente propicio para el descanso: una habitación oscura, tranquila y fresca en verano y templada en invierno puede marcar una gran diferencia.

Además, es importante prestar atención a tu dieta y tus hábitos antes de dormir. Opta por una cena ligera y considera tomar una infusión relajante como manzanilla. Limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir también es crucial, ya que la luz azul de las pantallas puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

El ejercicio regular es otro aliado fundamental para un buen descanso. Realizar actividades físicas, como caminar, nadar o practicar yoga, no solo mejora tu salud general, sino que también facilita el sueño profundo.

Por último, si a pesar de seguir estos consejos, sigues teniendo problemas para dormir, no dudes en consultar a un profesional de la salud. Trastornos del sueño como el insomnio o la apnea del sueño son comunes y pueden requerir tratamiento especializado. Dormir bien es un pilar fundamental para disfrutar de una vida plena y saludable, así que no subestimes su importancia.