Con la llegada de la primavera, todo florece, pero también lo hacen las alergias y las enfermedades respiratorias. Aunque esta estación trae días más cálidos y agradables, es crucial no bajar la guardia con nuestra salud respiratoria. Los cambios bruscos de temperatura y el aumento del polen en el aire pueden desencadenar resfriados, bronquitis o alergias que pueden complicarse si no tomamos precauciones.

Para empezar, es vital mantener una buena ventilación en el hogar, pero sin exagerar. Abrir las ventanas durante las horas de menor concentración de polen, como temprano en la mañana o al final de la tarde, ayuda a refrescar el ambiente sin exponerse demasiado a los alérgenos. Además, es recomendable evitar las actividades al aire libre cuando el polen está en su nivel más alto, generalmente al mediodía.

Otra clave es hidratarse adecuadamente. Beber suficiente agua y mantener las vías respiratorias húmedas facilita la expulsión de partículas que pueden causar irritación o infecciones. Incluir alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes en tu dieta también es una excelente forma de fortalecer tu sistema inmunológico y estar mejor preparado para enfrentar los desafíos de la primavera.

Finalmente, si notas síntomas como tos persistente, estornudos frecuentes, o dificultad para respirar, no dudes en consultar a un médico. Atenderse a tiempo es la mejor manera de disfrutar la primavera sin complicaciones de salud.